Todas las elecciones sindicales son importantes, pero las del 30 de octubre próximo van a definir como serán nuestras condiciones de trabajo del futuro, pues su resultado contendrá un mensaje que todos leerán: Gobierno de Aragón, Dirección y, por supuesto, nuestros compañeros de los sindicatos mayoritarios que definen nuestras relaciones laborales, tal y como pudimos comprobar en el referéndum del Convenio Colectivo de 2017
El paso atrás dado con la firma de ese Convenio no sólo ha significado una pérdida de derechos y condiciones laborales, sino que ha supuesto una “pérdida de posición” sindical que está propiciando que PSA abuse directa o indirectamente de todos los trabajadores y trabajadoras de OPEL, tanto antiguos como de nueva incorporación.
Ya está bien de “meter miedo”, de utilizar como chantaje la idea que la empresa cerrará si los trabajadores exigimos un reparto justo de los beneficios que ayudamos a conseguir con nuestro trabajo.
En las últimas elecciones los sindicatos mayoritarios argumentaban que el retroceso de derechos sufrido desde el año 2002 era a cambio de ganar el futuro. Gracias a ese sacrificio Opel fomentaría las prejubilaciones y los contratos de relevo con una calidad de vida digna y bien renumerada.
Nada más lejos de la realidad: trabajos precarios con jornadas de 48 horas para hacer toda la producción que nos pidan sea al 110% o al 120%, donde ni tan siquiera podemos disfrutar de un descanso mínimo que garantice nuestra salud y tiempo con nuestras familias
No queremos vivir coaccionados, ni trabajar con miedo.